¿Fashion victim o Fashion executioner?



Hablando en cristiano,  ¿victima de la moda o verdugo de la moda?... ¡he ahí la cuestión!.

Reflexionando sobre el mundo de la moda y la proliferación de blogueras, más que setas en el campo y al igual que éstas, difícil de discernir las venenosas de las inocuas. Cavilaba en las nuevas circunstancias que imperan, el poder del blog y sus designios, cuyo nivel de popularidad  y referencias se basa en el mayor número de acólitos, fervientes seguidores de cada coma, punto y coma, especial hincapié en los dos puntos y punto, del nuevo gurú. Provistas todas ellas de dispositivo móvil, ordenador y espejo (sin este último, imposible hacerse hueco en los top ten), posando sublime ante él con el conjunto divino de la muerte que proponen. Si hubiera pillado estos tiempos la madrasta de Blanca Nieves, sin lugar a dudas, sería bloguera. Y no me estoy refiriendo, a aquellas que gestionan un comercio de moda y crean un blog con el fin de dar salida a sus colecciones. Estas merecen todo mi respeto, no engañan a nadie, ni tan siquiera a sí mismas. Defienden sus intereses, sus gustos y su medio de vida.

Lo triste, injusto o tal vez engañoso, es que gran parte de la gente que se dedica a ese mundillo no tiene ni conocimientos, ni experiencia, ni tan siquiera criterio propio... Si, digo bien, porque el criterio que marca sus tendencias, sus fotos, escritos y alabanzas son los intereses comerciales de la industria de la moda: los regalos, promociones, invitaciones... Esas prebendas son las que hacen que inclinen su balanza a este o aquel producto.

En fin, una lástima que las últimas tendencias, las ventas, los dictados de la moda... ya no dependan del buen hacer de profesionales, ni de la experiencia, ni de los expertos en crítica, ahora tan solo dependen del blog y el poder de convocatoria, oratoria y retórica de una maruja sin oficio pero está visto, que con mucho beneficio. Estamos en la era del MARUJAPOWER.

Comentarios

  1. Absolutamente cierta la reflexión. Si no fuera tan patético como es, sería cómico. De hecho, me percaté de este asunto solamente cuando un amigo me pidió que lo ayudara a moderar la comunidad donde encontré este blog.

    Ahí tomé real conciencia de la magnitud del asunto y del increíble individualismo de los integrantes de una ¿comunidad?

    Luchando por votos para quedar top ten en las bitácoras, como si se les fuera la vida en ello. Contando los seguidores. Corriendo de blog en blog haciendo comentarios insulsos y sin ninguna sustancia para recibir la tan ansiada recíproca y ufanarse de sus 3000 seguidores.

    Yo estoy literalmente asorado.

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  2. Gracias Gavrí, me alegra saber que alguien opina lo mismo que yo de este nuevo movimiento bloguero.

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