Resiliencia



La magnitud que cuantifica la cantidad de energía que absorbí en el momento de romperme por el impacto, era una cuestión de resiliencia. Y aquí estoy, sigo en pie de guerra y paz, pupila de un Tolstoi impávido. Ya no sólo desarrollo recursos para sobrevivir, ahora atisbo la esperanza y respiro libertad.

Existe Dios y su misterio y rezo por ser la mujer que creo ser, y no la mujer en la que temía convertirme a fuerza de escuchar tanta lengua de doble filo.  Alzo el rostro hacía la brisa, como si el aire estival pudiera quemar los recuerdos, pero no quiero calcinarlos, lo que pretendo es grabarlos a fuego en la alborada de la memoria. Es tiempo de cambios y también de recambios.

Después de tanto asalto, hoy, al fin, comienzo a vivir.

Gracias, vida.


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