Salón de belleza
Por ti, mi error, no me despeino. No permito que despeines la melena al viento con la que disiento y ahueco las ideas a la conveniencia del talante tolerante que dulcifica el rostro. Bajo cada mechón se oculta el as de la propia satisfacción.
Vaporizo la tormenta sin escuchar la afrenta. Me escabullo y contribuyo al desgaste grave de tu capa de ozono. Un agujero cada vez más negro y cada vez más hondo donde pavimentar el patio de tu recreo y alimentar las horas muertas de reo. Tanta prestancia por recoger pastillas de jabón ajeno en el club de la ducha, dañó irremediablemente el tomar asiento sobre la aptitud.
No, no me despeino... ¿Y por qué? Porque yo lo valgo. (Ventajas de LO Real)
No te despeinas. Quién te despeina???
ResponderEliminarTe abrazo querida.
El prejuiciado barlovento, a veces, sopla fuerte. No hay nada como una buena capa de laca para evitar la permeabilidad de lo dañino.
EliminarYo también te abrazo, Gildo querido.