Arrullo onírico
El sueño gana el pulso en el albor de la aurora. Dulce sosiego que adormece el cuerpo y tonifica el ánima con vapores de amapola. Nítida es tu voz en las cantigas de amor de lengua extraña que cautivan los sentidos. Llévame, llévame contigo, a la cueva oscura donde el sol nunca brilla y fluye el río del olvido.
Si las Moiras dictan el destino y hoy el hilo de la vida alcanza su final, les ruego a los hijos de la noche, serenatas de lluvia que calen en mi soledad. El arrullo onírico que espante los fantasmas y abrace los lamentos de tanta adversidad.
En la totalidad de los crepúsculos siempre...
Hipnóticamente tuya.
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