Secesión

Postrada en un lecho de aguas insondables, cercenando la aflicción, acaricio la ingenuidad completamente embelesada con las  historias de nuestras hazañas futuras de tu viva imaginación. Bajo la atenta mirada de esta póstuma rebelión que cohabita en lo angosto de mi ser, renace la idea de no querer separarme de ti para instantes después morir desolada, exhalando un último suspiro de pulmón encharcado bajo el mar de los silencios.

Sólo sé que, ahora mismo, amo tanto la vida que soñé y a mi pesar, renuncio y me someto a la desesperanza.

No soy un buen referente. No soy un buen ejemplo si predico en el desierto de áridas arenas que agostan los pies de caminar presentes venideros. A pesar de la mejoría, los acontecimientos de los últimos días, me han devuelto al estado vegetativo. Los lazos familiares se han convertido en dogal al cuello comprimiendo sin recato. El color pitufo ahorcado envuelto en su mortaja es la última tendencia.

Un beso sonoro me devuelve la mesura. Eres consciente que hoy no puedo levantar del catre el cuerpo roto, tal vez mañana recupere la movilidad del madelman serie militar antitanque y entre en acción.

Quieres hacer la última cena. La receta de frisuelos: un par de huevos que ahora mismo no tengo. La mala leche que me falta para hostiar y recolocar las muelas del juicio de los parientes. Harina cernida por Dios y los santos, una pizca de sal protectora, azúcar y canela fina. 

"Si no puedes gustar a todos con tus hechos y tu arte, gusta entonces a unos pocos. No vale la pena gustar a muchos” – Schiller. Nuda Veritas – G. Klimt